En la actualidad la transformación digital se impone como proceso ineludible en las dinámicas de adaptación, ya que tanto las organizaciones como cada uno de sus miembros, necesitan desarrollar la agilidad y la flexibilidad suficientes como para responder a las exigencias cambiantes de clientes y mercados cada vez más empoderados en conocimiento y educados frente a sus necesidades.
Hoy los consumidores desean tener experiencias significativas, aunque eso signifique no tener contacto físico, la expectativa de tener una presencia de marca omnicanal fluida y personalizada, para lograr este nivel de relacionamiento con los clientes las compañías deben prepararse a un significativo cabio en que canales son los que el público está solicitando y así poder innovar sus relaciones con clientes y partes interesadas, las compañías tienen que aprovechar el potencial de las tecnologías disruptivas e integrarlas en nuevos procesos y modelos de negocio que posibiliten luego a través de éstos canales llevar sus propuestas de valor por vía digital y al mismo tiempo incorporando esta práctica dentro de su ADN, la cultura empresarial digital.
Por otro lado, las empresas y todo su equipo de colaboradores también necesitan adaptar sus prácticas al adquirir nuevas habilidades, actualizarse y potenciar la competitividad del negocio dando lectura correcta a las diferentes oportunidades o riesgos que manifiesta el mercado bien a través de su propia experiencia o potenciando ésta a través del uso de analítica de datos en las decisiones de negocio y en sus procesos de mejora, ante el desarrollo de las nuevas compañías nativas digitales que amenazan la participación de los jugadores tradicionales en distintas industrias.
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El 91% de las organizaciones están involucradas en alguna forma de iniciativa digital. |
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La pandemia del coronavirus –con su impulso al teletrabajo y a la utilización de canales digitales- no hizo más que reforzar estas tendencias que ya se venían perfilando desde hace unos años. De hecho, el 70% de las empresas optaron por aumentar o mantener el gasto en transformación digital durante la pandemia. Y el 58% de las empresas que aún no habían iniciado un programa de transformación digital dijeron que COVID-19 aceleró sus planes en este sentido. Se priorizó aún más el foco en la construcción de capacidades digítale competitivas y adaptativas.
Competitividad del negocio, empoderando a las personas
La digitalización logra mejoras en la productividad de los procesos y la transformación digital mejora la experiencia del cliente (customer experience) a corto plazo y brinda nuevas oportunidades de crecimiento e innovación en el modelo de negocio a mediano y largo plazo. Impulsa el rendimiento y la ventaja competitiva: de hecho, se estima que los líderes digitales logran un crecimiento de las ganancias 1,8 veces mayor que los rezagados digitales y más del doble del crecimiento del valor empresarial total. 
Ahora bien: aunque el 87% de los tomadores de decisiones dice que la digitalización / transformación digital es una prioridad de la empresa, solo el 40% de las organizaciones logró llevar las iniciativas digitales a escala y a efectos positivos. Y según otra investigación, apenas el 30% de las transformaciones digitales encaradas por organizaciones grandes alcanzaron o superaron sus objetivos y dieron como resultado un cambio sostenible, lo cual nos indica que si bien es una habilidad clave no es fácil incorporar estas capacidades en el día a día.
¿Cuál es la causa de este bajo nivel de éxito? Esencialmente se debe a factores de establecimiento de hábitos culturales y malos hábitos arraigados y también al hecho de que estos procesos son complejos de ejecutar sostenidamente teniendo él cuenta que la gestión del cambio es la gestión de cambio de mentalidad de las personas que lideran los procesos en las organizaciones adicional a las relaciones de éstos con clientes y proveedores que hacen parte de la cadena de valor de los negocios. El foco en la tecnología y los procesos debe tener siempre en el centro a su protagonista principal: las personas y la cultura; es por aquí que deben empezar estos procesos evolutivos detectando los factores detonantes de una nueva cultura digital, logrando alinear los valores de las personas, los comportamientos y luego las habilidades con lo que esta nueva forma de entregar valor requiere.
Tecnología al servicio del negocio
Al tener estas oportunidades de desarrollo queda la inquietud de cómo hacer para maximizar el éxito de estas iniciativas y sus impactos en el tiempo.
El último estudio que referimos detectó que existen seis factores esenciales para el éxito de la transformación digital:
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Contar con una estrategia integrada con objetivos y métricas de impacto claras;
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Tener el compromiso de la alta gerencia desde el CEO hasta la gerencia media;
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Identificar y promover a las personas más capacitadas y con mentalidad moldeadora para impulsar y liderar el programa de transformación;
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Contar con una estructura de gobernanza ágil que impulse una adopción incremental más amplia;
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Efectuar un monitoreo efectivo del progreso y apropiación de lecciones hacia resultados definidos
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Y disponer de una arquitectura tecnológica moderna impulsada por las necesidades estrategias, tácticas y financieras, para permitir un rendimiento seguro, sostenible y escalable, una implementación de cambios rápidos y una integración perfecta del ecosistema.
Otro aspecto clave a considerar es que la evolución digital es un proceso constante y dinámico. No es una iniciativa única que pueda encararse de una vez y esperar que funcione. La velocidad del cambio es tan grande como continua y la evolución digital nos hace darnos cuenta de que es más importante descubrir y entregar continuamente lo que el mercado espera de una empresa, que la forma más eficiente de hacerlo. Por lo tanto, las organizaciones necesitan crear y desarrollar productos digitales en ciclos mucho más rápidos que en el pasado, centrándose en el cliente y en generar valor adyacentemente en el mercado.
La evolución se puede definir como un proceso de adaptación o desarrollo incremental y sugiere una progresión continua y bilateral de construcción <|> deconstrucción de capacidades. Utilizando formas iterativas de trabajo, los equipos de pueden establecer objetivos incrementales, dando pasos hacia una transición digital más amplia y victorias tempranas donde el aprendizaje rápido y económico es clave; bajo esta modalidad de trabajo pueden construir una visión que involucre los cambios tecnológicos de mediano plazo, mientras que los procesos iterativos en el presente le permiten alcanzar hitos clave en su viaje digital principalmente rompiendo paradigmas y burocracias que bloquean la agilidad.
Laboratorio digital
Cabe destacar que la evolución digital no tiene nada que ver con fascinarse con las soluciones modernas en sí mismas, sino que pasa por poner la tecnología al servicio de las personas, el negocio y la sociedad.
Además, la buena noticia es que hasta cierto punto esta evolución también se puede planificar: las organizaciones pueden diseñar programas audaces centrados en un conjunto granular de iniciativas a través de un enfoque estructurado basado en sprints, es decir, en esfuerzos de implementación y planificación con plazos definidos alineados con las prioridades del negocio. Los primeros sprints se enfocarán en iniciativas con impacto en el corto plazo; y los posteriores en otras más complejas o a largo plazo.
Para acompañar estos procesos, conversemos y aprenda como habilitamos a nuestros clientes en hacer realidad la evolución digital apalancándose en el equipo y tecnologías de nuestro laboratorio digital para el diseño, prototipado y escalamiento de negocios y soluciones digitales, donde se pueden probar ideas nuevas y lograr impactos a mayor velocidad en el mercado, podemos ser su brazo realizador y llevar a cabo los procesos de creación de productos y servicios digitales , capitalice el potencial de valor de su negocio con soluciones digitales.
Dicen que el que no adapta, perece. ¿Estan listos para evolucionar?
