De un día para el otro el cambio radical del contexto laboral, social y económico dejó al descubierto lo vulnerables que son las organizaciones que aún trabajaban con cierta “inmadurez digital”. La nube y las estrategias inteligentes son aliadas en este proceso de cambio.
Descubre por qué.
¿A qué nos referimos con el concepto de “inmadurez digital”? Por desconocimiento, por dudas, miedos o simplemente por restarle importancia al valor del cambio, muchas empresas mantienen procesos internos arcaicos que son funcionales a su historia organizacional pero que han quedado totalmente “fuera de juego”.
Mucho se viene hablando sobre el cambio de paradigma y la imperiosa transición hacia un modelo de negocio digital que nos permita abandonar la tecnología heredada legado, los procesos manuales, la complejidad, la lentitud y la falta de acceso a la información. Hoy queremos explicar por qué es fundamental accionar el cambio y de qué manera la migración a la nube y la incorporación de nuevas tecnologías puede dinamizar el crecimiento.
¿Por qué debemos asimilar un cambio tan radical?
Este fenómeno se da debido a que los modelos de trabajo tradicionales no brindan la agilidad, escalabilidad y resistencia que requieren las empresas hoy poniendo en riesgo su misma existencia y relevancia en el mercado; no olvidemos de los ejemplos de Kodac, Bluckbuster, entre otros. Sabiendo que la clave para permanecer en el mercado es la diferenciación competitiva, las organizaciones advirtieron la necesidad de invertir en tecnologías y servicios que potencien la automatización, la colaboración y los nuevos estilos de liderazgo que generen valor en las propuestas de valor productos y servicios que se consumen hoy.
Las oportunidades de aprendizaje se presentaron de forma dinámica:
- Trabajo remoto y la colaboración.
- Transformación de las costumbres de nuestros clientes.
- Necesidad de agilidad y flexibilidad para adaptarse a los nuevos modelos operativos.
- Entornos cambiantes (sociales, de consumo, de contexto).
Todas estas realidades que llegaron para cambiar el panorama habitual de desempeño de las empresas impulsaron y dinamizaron a gran velocidad la digitalización de los procesos internos. No se trata de sumarse al cambio o no, sino de cómo hacerlo de la manera más simple y efectiva porque de alguna u otra manera es inminente.
Digitalización y automatización
Muchas empresas están adoptando a la tecnología como aliada para la salida de la crisis, acelerando su migración a la nube y priorizando inversiones digitales diseñadas para agilizar los procesos comerciales. En este caso, el objetivo es automatizar todo lo que sea posible y así descomprimir el trabajo del departamento de IT y los mismo líderes funcionales de los procesos de negocio. Todos los días vemos cómo, en la práctica, el cambio en la forma en que las personas compran y se relacionan con las marcas crea nuevas oportunidades en la nueva normalidad.
Las nuevas tecnologías (inteligencia artificial, Big Data, Analítica, Internet de las cosas, etc.) no emergen caprichosamente sino que responden a necesidades nuevas que llegaron para marcar un nuevo orden de trabajo. Por eso es tan importante vencer creencias y mentalidades limitantes que permanecen en la cultura porque siempre lo conocido nos provee de cierta seguridad y confort, pero nos juegan en contra si lo que queremos es propiciar el crecimiento y el desarrollo.
Necesitamos cambiar la forma de trabajo en todas las industrias, buscar soporte para las decisiones automatizadas y enfocarnos en la colaboración virtual. Necesitamos dejar de ver el cambio como una exigencia para entenderlo como una oportunidad de resiliencia.
Hoy nada queda por fuera de la gestión de información automatizada: el rendimiento operativo, el diseño de productos y el control de costos y eficiencia se optimizan y retroalimentan con una visión integral y sistémica de cada uno de los eslabones del trabajo.
La nueva generación de empresas apalanca su crecimiento en la aceleración basada en la innovación: nuevas formas de trabajar, rediseño de procesos, inteligencia artificial, aprendizaje automático, IoT y análisis avanzados entre otro entra todo en la canasta del cambio. Todo esto que suena tan futurista, en la práctica son eslabones de una cadena en la cual el potencial de crecimiento es realmente ilimitado.
Sabemos que activar el cambio no es fácil pero también comprendemos que muchas veces el impedimento no es económico, metodológico ni estructural, sino que tiene su raíz en cuestiones actitudinales: antes que nada, debemos activar el cambio cultural que permita confiar en la evolución y que predisponga a cada uno de los integrantes del equipo a lanzarse hacia un nuevo eslabón: ¡Ya nunca querrán volver atrás!
¿Tienes dudas sobre cómo encarar el cambio? En Techgate podemos asesorarte.
